Amb l’ajuda del Breixo, repassem alguns dels títols de gènere més importants d’aquesta edició del festival de Sitges. Zombis, slasher, rape-revenge… a més d’una de les grans estrenes que vam poder veure a l’Auditori. De nou, una bona collita de pel·lícules de nivell que defineixen a la perfecció què espera veure el fan de Sitges a un festival d’aquest tipus.
Revenge (Coralie Fargeat, 2017)
Las historias de rape revenge han sufrido un descrédito importante en los últimos tiempos. Lo que en su día se vendió como un giro feminista frente a los vehículos para machos del estilo de las películas de Charles Bronson, ha pasado a ser considerado un ejemplo más de mirada masculina que se recrea en un cuerpo femenino siendo vejado y humillado para dar luego rienda suelta a la venganza y al gore y hacernos así sentir bien con lo que acabamos de contemplar. ¿Consigue evitar estos tics la destilación postmoderna del género que hace Revenge? Me gustaría pensar que sí, que la directora, Coralie Fargeat, que además se ha llevado premio en Sitges, es muy consciente del terreno pantanoso que pisa, pero es difícil de decir.
La escena de violación, por ejemplo, está tratada con el horror necesario y a la vez respeta el cuerpo de la mujer, eso es indudable. El arco de la protagonista, además, está construido como uno de toma de conciencia y empoderamiento femenino con episodios épicos que levantan a la platea, como el de la auto-cicatrización. Sin embargo, hay varios momentos sueltos en los que la obsesión esteticista se diría que le juega una mala pasada y ese goce plástico que se deleita en el sufrimiento femenino va contra las intenciones de la realizadora. En todo caso, llega un momento que incluso el espectador más feminista comprende que Revenge se disfruta mejor apagando el cerebro y dejándose llevar por una montaña rusa de muerte que llega a su paroxismo en un clímax divertidísimo teñido de rojo y absurdo, que no decepciona. (Breixo)